del salón en el angulo oscuro de su dueña tal vez olvidada silenciosa se veía el arpa .
¡cuanta nota dormía en sus cuerdas como el pájaro duerme en las ramas, esperando la mano de nieve que sabe arrancarlas!
¡ay! pense; ¡cuantas veces el genio asi duerme en el fondo del alma y una voz, como Lazaro, espera que le diga: <<¡Levantate y anda!>>
No hay comentarios.:
Publicar un comentario